miércoles, 20 de noviembre de 2013

Cuando cierra una librería... (17-1-2013)



Leo con espanto la noticia de que la Librería Catalònia de la Ronda de Sant Pere barcelonesa cerrará en pocos días. Muy a menudo he pasado al lado de esta librería, no me acuerdo ahora si alguna vez he comprado algún libro allí mismo o he hojeado algunos sin comprarlos finalmente (sólo compro un libro si me gusta y si llevo dinero, claro). Pero aún más me asusta leer a la vez que no será la última librería en cerrar, sino otra también importante, la de Edicions Proa, en la calle de Rosselló, que esta he visitado a menudo, he comprado varios libros e incluso películas en DVD, que ésta tiene un buen catálogo, sobre todo de Vernal Media, que había comercializado muchas películas incluyendo el doblaje en catalán que los DVD de otras distribuidoras no incluía por que eran sólo para TV3.
Digo esto por que Edicions Proa es uno de los proveedores de la Librería Blanquerna en Madrid, que voy muy a menudo. Si no tenían algún libro o DVD, se les pedían a los de Proa. Ahora se lee mucho más en formato tablet, libro electrónico, pero como el libro de toda la vida no hay nada, sobre todo si las baterías se agotan y no tenemos cerca ningún enchufe para recargar las mismas. Pero se ve incluso cuando en los países más cultos casi nadie cuida de verdad la Cultura, sólo cuando es rentable, cuando vende libros por docenas, al igual que una película cuando consigue colas kilométricas de espectadores para verla. Yo soy de los que le gusta leer un buen libro que te cuente una buena historia, no importa si la acción es en la Barcelona actual como en el Tokio del siglo XIX, no importa si el autor es de fuera pero sabe describir correctamente nuestra ciudad, o si no sabe mucho, al menos que tenga talento para una historia con gancho.


Pero vemos ahora que, si no sales en un programa cualquiera de la televisión a vender tu nuevo libro, y aún más si es uno de esos de la tele-basura, entonces nadie compra tu libro. O hace pocos años, cuando el ex marido de Letizia Ortíz escribió un libro y coincidiendo con la boda de ella con el Príncipe Felipe, de repente se vendió muchísimo. Es decir, sólo por que su autor era un personaje de las revistas del corazón, tanto le daba al público la calidad del mismo, mala o no.

Los libros de Eduard Punset sobre la Ciencia y la vida me parecen más interesantes, aunque no he podido leer ninguno por falta de tiempo, pero estoy seguro que hablan de cosas profundas y con valores de verdad para nuestra sociedad. A menudo, viendo la falta de interés por la Cultura, me siento como el personaje del documentalista que hacía Woody Allen en su gran película “Delitos y faltas”, donde él era Cliff, un documentalista especializado en documentales de denuncia ecológica, pero que sólo era visto por cuatro gatos, al contrario que su antipático cuñado Lester (Alan Alda), un productor de teleseries de gran éxito y que triunfaba incluso con las mujeres. Pero mientras los documentales del primero al menos tenían valores humanos, las series del segundo eran bien al contrario: tontas, vacías, mediocres… y encima protagonizadas por actrices que parecían salidas de una película porno con John Holmes o Ginger Lynn, es decir, de actrices con poco talento y mucho pecho. Algo parecido me viene a la cabeza cuando me entero de que la Librería Catalònia será sustituida en pocos meses por un nuevo McDonalds: que todos los Lester de este mundo llegan para invadir todo lo bueno que los Cliff intentan hacer, con toda su buena intención.



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