Aunque con retraso, doy mi
opinión de las recientes elecciones catalanas. Dicen que cuando alguien juega
con fuego, se quema. Artur Mas debe de pensar esto. Las nobles aspiraciones del
pueblo catalán por un futuro mejor no son sólo patrimonio de un único partido o
coalición. Mas, desde la Diada de este año con tanto éxito de gente, se creyó que
si él lideraba las esperanzas de futuro, el pueblo entero le votaría, harían
colas tan largas como las de los conciertos de Shakira y Bruce Springsteen. Si
no salió todo como él esperaba, fue por que el pueblo tiene memoria, y hay
palabras malditas que tiene grabadas a fuego, como son “recortes” y “recesión”,
aparte de “represión”, esta con cara y ojos diferentes, las de Felipe Puig. Y
aún queda el caso Palau, el caso Millet, digamos, que quedó de repente olvidado
cuando Mas ganó las anteriores elecciones de 2010.
Y, además, su ambigüedad al
decir que independencia “sí” o “quizás”. Con estos ingredientes, estaba claro
que el pueblo prefería a los que dijeron las cosas como es debido, y por ello,
Oriol Junqueras, el nuevo líder de ERC, al que ya conocía de cuando era asesor
de Historia en el programa “En guàrdia “de Catalunya Ràdio, sin aires de
grandeza, con sinceridad y modestia a la vez, ha alcanzado un gran resultado.
Mi enhorabuena para él. No hablaremos demasiado del PSC y su descenso (la
corrupción en Sabadell es otra historia), que ya dice bastante.
Sí hablaremos de la subida de
Ciutadans, que con su demagogia triplicada no sólo en escaños en el Parlamento,
captó el voto unionista-progresista, es decir, no de los que les gusta Manolo
Escobar (estos votan al PPC), sino Joaquín Sabina, de repente “patriota
español”, cuando antes era uno de los “de la zeja”, es decir, de los artistas y
gente del cine que votaban a Zapatero. Con esto ya se ha dicho todo, y aún más
con su celebración tipo “La Roja ha ganado el Mundial de fútbol”, y al que sólo
les faltaba tener al lado al Tomás Roncero del “Punto Pelota”, con su
madridismo alocado.
Del PPC, ya sabemos que todos
los partidos dicen que han ganado. Es como ese chiste del Oscar Nebreda en EL
JUEVES, en el que un político muy contento decía: “Podemos estar bien
contentos! Hemos doblado nuestro número de votos!” “Ah, sí?”, dice el
reportero. Contesta el político: “¡A ver! Teníamos seis votos, y ahora
hemos sacado doce!” El CUP ha conseguido escaños, a ver si ahora tienen un
poco de coherencia, no con el exhibicionismo del Joan Laporta, gran Presidente
del Barça pero un pésimo político. ICV ha continuado su papel, discreto pero
eficaz. Han sido más listos que el PSC.
Y para el final, un apunte
extraelectoral: el diario EL MUNDO, provocador de la polémica final de las
elecciones. EL MUNDO, como siempre, fue torpe e inoportuno. Si esto que dice
fuera cierto (que lo dudo mucho), tendría que haberlo dicho antes, no ahora.
Antes no decía nada por que Artur Mas era un importante aliado para el PP,
sobre todo para ayudar al Rajoy a ganar las elecciones de hace un año. Pero no
saque tanto pecho con eso de que, según él, “el independentismo está
desactivado”, como si fuera un robot que se ha quedado sin batería. Gente como
él ha creado eso que él mismo odia, como hicieron los señores coloniales en los
países de África y de otros continentes. Si hubiera querido ganarse la simpatía
hacia las ideas que él defiende, no es suficiente como hacen los americanos en
la Europa del Este, con su Coca-Cola, sus McDonalds y sus películas de acción,
que dejan deslumbrados a los habitantes de aquellos países. A Catalunya no se la
puede complacer con chorradas como estas. Y menos aún con ataques a su lengua y
su cultura.
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