Si alguna vez han visitado los
Pirineos, hay una zona en ellos, en los Pirineos Catalanes, que se diferencia
del resto. No es una pequeña comarca ni ninguna ciudad. Es una zona de más de
400 kms. cuadrados, de forma circular y que mide de largo unos 35 kms., tanto
de Norte a Sur como de Este a Oeste. Esa zona resulta ser un país soberano,
existente desde el siglo IX (cuando el Emperador Carlomagno), con su propia
bandera, himno nacional y Constitución. Y tiene también un nombre propio:
Andorra.
Si cogemos la carretera que sale de La Seu d’Urgell hacía el Norte, la
N-145, con el río Valira al lado todo el tiempo, pasados 10 kms. llegaremos a
un puesto de aduanas. Pensaremos que es la aduana de Francia, pero no, es la de
otro país. Si vienes en autocar desde Barcelona, como hizo el viajero, no te
hacen parar para registrar el equipaje; sólo si sales de Andorra con destino a
España o Francia.
Cambia el idioma y también el teléfono móvil
Al pasar la frontera, veremos que cambiará el idioma de las señales de
tráfico, al catalán exclusivamente, los automóviles que veremos, aunque de
marcas como las nuestras, tienen matrículas extrañas, y también algo
inesperado: nuestro teléfono móvil cambiará de compañía y en vez de Movistar, Orange
o la que sea, aparecerá un nombre de tres letras: STA.
Lo primero se explica en que la lengua catalana es la oficial de Andorra
desde siempre, y lo segundo es que Andorra, como cualquier país soberano,
aunque sea pequeño, tiene su propia red de telecomunicaciones. STA significa
Servei de Telecomunicacions d’Andorra. Una compañía que funciona perfectamente,
pero que nos indicará que al estar en un país extranjero, si queremos enviar un
SMS a nuestras amistades, será difícil hacerlo, aunque con el Whatsapp e
Internet en el móvil, lo podremos solucionar.
Lo de las matrículas no hace falta explicarlo, sólo que llevan el escudo
nacional, una letra y varias cifras y la denominación “Principat d’Andorra”.
Cada país tiene su estilo.
Ciudades como las nuestras y enmedio de montañas altas
Subiendo por la carretera, ya en Andorra, y a través del valle, a los 3
kms., nos encontraremos la primera ciudad andorrana, Sant Julià de Lòria, y
será como cualquier ciudad o pueblo de los Pirineos. Como si no nos hubiéramos
movido de La Seu d’Urgell. Unos 7 kms. más adelante, llegaremos a Andorra la
Vella, la capital del país, mucho más grande que Sant Julià de Lòria. Ya es una
ciudad en toda regla, y lo primero que veremos es que se las ha arreglado para
desarrollarse y crecer enmedio de altas montañas que la encorsetan, con
edificios y chalets que se han instalado algunos en barrios situados en las
laderas altas. Esto de las ciudades encajadas en valles es común en todo el
país, de lo cual ya hablaremos más adelante.
Andorra la Vella, la ciudad de las compras más baratas
Andorra la Vella es la capital andorrana, el centro de todo el tinglado
nacional, algo normal en cualquier país y más aun si es pequeño. Pero lo que
primero nos llamará la atención es que sus principales avenidas y calles están
llenas de tiendas y comercios, durante el día siempre plenas de gente y con un
tráfico abundante, lo que nos sorprenderá en una ciudad pequeña, aparentemente
aislada enmedio de los Pirineos. El motivo es que Andorra tiene unos precios de
electrodomésticos y demás aparatos más baratos que aquí, sin los impuestos que
nos cargan en los precios, lo que motiva que gente de España o Francia vaya
allí a comprarlos.
Otras ciudades andorranas
Las zonas habitadas de Andorra, todas en los valles, se pueden dividir en
cuatro: la zona central y la más populosa (Andorra la Vella, Les
Escaldes-Engordany y Encamp); la zona Norte (sobre todo La Massana y Ordino,
con dos estaciones de esquí en la zona), la zona Este (Canillo, Soldeu y Pas de
la Casa, con las montañas más altas y pueblos de pocos habitantes) y la zona
Sur, con Sant Julià de Lòria, tocando la frontera.
Andorra, Monarquía de dos personas y no hereditaria
Otro detalle peculiar de Andorra es que es una Monarquía, pero peculiar.
Para empezar, no es de una persona, sino de dos, y no es hereditaria. Por un
lado está el Obispo de La Seu d’Urgell, y por el otro el Presidente de Francia.
La Historia andorrana, de más de 1.000 años, la mayor parte independiente, ha
tenido cientos de amos del país, aunque los Condes de Urgell y de Foix llegaron
a dominarlo desde fuera, cada uno por su lado o conjuntamente, hasta que el
Obispado de La Seu d’Urgell heredó los derechos de los primeros y los Reyes de
Navarra y de Francia (y de éste el Presidente) los segundos. Por razones
obvias, el Obispo y el Presidente no son cargos hereditarios, pasan a sus
sucesores en ambos cargos, aunque en Andorra se les llama Co-Príncipes.
Pero sólo son cargos representativos, pues es el Primer Ministro de Andorra
el auténtico mandamás nacional, además del Parlamento. No tiene Ejército,
aunque Francia y España se ocupan de defenderla de ataques externos, cosa
innecesaria, al ser un país pacífico, donde se destina una cantidad ridícula a
armas.
84000 habitantes, 24000 en Andorra la Vella
Andorra, hasta hace un siglo, era un país pobre y atrasado, pero en un
siglo ha evolucionado a velocidad astronómica, siendo hoy un próspero país. De
los apenas 5.000 ó 10.000 habitantes de hace más de medio siglo, ahora supera
los 84.000, de ellos unos 24.000 en la capital Andorra la Vella, y otros 16.000
en Les Escaldes-Engordany, la ciudad vecina, tan vecina que están prácticamente
pegadas la una a la otra, sin que sepamos distinguir si nos hemos salido de una
y hemos entrado en la otra.
Si nos damos un paseo por la capital, y lo mismo en el resto del país, veremos
que los habitantes son blancos y europeos, no veremos apenas los sudamericanos,
magrebíes o chinos que abundan en nuestras ciudades.
Pero teniendo en cuenta el tamaño de Andorra, estas muchedumbres no se
notarán apenas, no estamos en Japón ni en China, donde 84.000 habitantes sólo
sería una pequeña ciudad.
Turismo y Esquí, otras fuentes de ingreso nacionales
No sólo de vender más barato vive Andorra, en todo el país hay unas zonas
de gran belleza que interesan al turista extranjero, desde las iglesias
románicas, comunes en todos los pueblos pirenaicos, a los impresionantes
paisajes de alta montaña, la mayoría deshabitados por que Andorra, que está
como mínimo a 900 mts. de altura, tiene un clima invernal duro, donde las altas
montañas quedan cubiertas de mucha nieve. Por ello las ciudades se encuentran
sólo en el fondo de los valles, lo que apenas representa un 30 % del
territorio.
Y ya que hablamos de la nieve, en Andorra hay varias estaciones de esquí,
visitadas por cientos de miles de esquiadores de medio mundo. Están las de
Soldeu, Pal o Arinsal.
Por la orografía andorrana, una de sus ciudades, Pas de la Casa, es un caso
especial, ya que se encuentra apartada del resto del país por las montañas de
Envalira y pegada a la frontera con el Ariège francés, a 2.000 mts. de altura.
A ella vienen muchos franceses a comprar artículos o comida. Se comunica con el
resto de Andorra por un túnel de peaje y por la carretera de Envalira, que sube
hasta los 2.400 metros.
Por último también está la Economía, con Andorra adaptada a los nuevos
tiempos. Ya no es un paraíso fiscal o lo ha suavizado mucho, pues el
co-príncipe Nicolas Sarkozy exigió que renunciaran a ello o que lo cambiaran, pero
el país sabe reinventarse.
Andorra, organización administrativa con toque propio
Para los que somos “de fuera”, encontraremos que Andorra tiene un estilo de
Administración local o política propio, que nos parecerá diferente. Para
empezar, está dividido en siete circunscripciones, allí llamadas Parroquias
(sólo el nombre ya nos parece extraño, así llamamos aquí a una iglesia de
barrio), que también serían los Municipios. Y más aun nos extrañará que al
Alcalde de cada uno de ellos se le llama “Cònsol” (Cónsul), y al Municipio,
“Comú”.
El Parlamento nacional está en la Casa de la Vall de Andorra la Vella,
formado ahora por 28 escaños. En las últimas elecciones, cayó el Partido
Socialdemócrata (PS), pasando al poder Democràtes per Andorra (DdA) de Antoni
Martí, actual Primer Ministro, una coalición de partidos de centro-derecha que
aglutinaba al ya desaparecido PLA (Partit Liberal d’Andorra) y otros partidos
pequeños. Esta coalición consiguió 20 de los 28 escaños, pues según la Ley
electoral andorrana, se dan escaños primero al más votado en cada Parroquia y
después al más votado de todo el país, de ahí que tengan tantos escaños y los
socialdemócratas sólo tengan 6, ya que DdA ganó en todas las Parroquias. Los
dos escaños restantes los tiene un partido local, Unió Laurediana, que se
presentaba en Sant Julià de Lòria y reunió muchos votos locales.
Andorra es un país culto
Cuando no era un país próspero como ahora, Andorra era un país atrasado con
Agricultura y Ganadería, y ahora, aparte de Turismo, Esquí y Economía, también
sabe tener su atractivo para la Cultura o tener sus propios iconos culturales.
Como en todo el Pirineo, están las iglesias románicas, como la de
Meritxell, que tiene ahí a la Patrona de Andorra, pero también Andorra organiza
Premios Literarios prestigiosos, tiene sus propios escritores e incluso sus
propios cantantes y músicos. Es verdad que, por razones de lengua, cuenta con
la inestimable ayuda desde Catalunya, que se apoyan mutuamente en traer a
escritores, cantantes e incluso cineastas a un territorio o al otro. Catalunya
ayudó a Andorra cuando quiso ir al Festival de Eurovisión con canciones
cantadas en su lengua, que rompía la monotonía de todos cantando en inglés
(España y Francia también cantan en su lengua), pero duró sólo cinco años.
Nos interesará más lo de que se hagan Premios o Festivales modestos para
cualquier rama de la Cultura, menos importantes pero más auténticos, sin tanto
eco mediático.
Lo mismo se podría decir cuando el actor Joel Joan, hasta hace poco
Presidente de la Academia Catalana del Cine, quiso animar a Andorra a enviar
películas a los Óscar, con co-producción andorrana pero rodadas en Catalunya o
Andorra, pero se desechó por que Andorra no tiene industria cinematográfica
propia y ello requiere mucho dinero, algo que la Economía nacional no tiene tan
desarrollado como el Turismo.
Los andorranos son católicos
Por tener como co-príncipe a un Obispo, el de La Seu d’Urgell, Andorra
siempre ha estado bajo la influencia de la Iglesia Católica, por ello casi
todos los andorranos son católicos, aunque la vida actual andorrana, como en
todo Occidente, deja la Religión en segundo plano, si la hay. La Constitución
nacional, aprobada en 1993, reconoce el derecho a la libertad religiosa, aunque
el aborto está prohibido. El divorcio sí está permitido.
No hay tren en Andorra, pero carreteras sí
A los que nos gusta ir en tren, desgraciadamente Andorra carece de él. Por
su difícil orografía, que entre otras cosas necesita de la construcción de
muchos túneles, los proyectos de construir una línea de tren allí son costosos,
algo que la Economía nacional no puede cubrir por sí sola. Hay un proyecto que
sería desde Puigcerdà, pasando por La Seu d’Urgell y subiendo hasta Andorra la
Vella, pero aun está en fase de examen. Andorra sí tiene carreteras, pero sólo
dos vías al extranjero, que son a España por el Sur (Sant Julià de Lòria) y a
Francia por el Este (Pas de la Casa). Al Norte llega una carretera hasta
Arinsal y El Serrat, pero las altas montañas nos paran ahí.
Las ciudades se interconectan por autobús. La capital tiene dos líneas de
autobús locales gratuitas (“comunales” las llaman) que recorren la ciudad y Les
Escaldes-Engordany.
¿Hace falta pasaporte?
Nos preguntamos si para ir a Andorra hace falta pasaporte o visado. A los
miembros de la Unión Europea, entre ellos España, nos es suficiente con el DNI.
Lo único que necesitaríamos sería una Tarjeta Sanitaria Europea por si nos pasa
algo gordo, que esperemos que no pase, claro.
Un país sin guerras, al que Pete Seeger dedicó una canción
Hace siglos que Andorra no padece guerras, al menos locales, ya que otras
veces fue invadida, como cuando Napoleón o las disputas entre los condes de
Urgell y Foix. Tuvo la suerte de no ser invadida en la II Guerra Mundial, pues
convencieron a los alemanes que ocuparon Francia de que no hicieran lo mismo
con Andorra. El cantautor americano Pete Seeger, fallecido hace poco, dedicó
hace medio siglo una canción a Andorra, admirado al enterarse de que sólo
dedicaban unos cinco dólares a armamento, mientras Estados Unidos gasta
millones.
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