martes, 28 de octubre de 2014

COMO JUNQUERAS, SE PUEDE HABLAR CON LA GENTE AUNQUE SU MUNDO SEA DISTINTO COM EN JUNQUERAS, ES POT PARLAR AMB LA GENT, TOT I QUE EL SEU MÓN SIGUI DIFERENT



Jordi Évole ha empezado su nueva temporada de “Salvados” con un programa planteado de una manera un tanto original, al menos a lo que estamos acostumbrados a ver por aquí: un político como Oriol Junqueras, de Esquerra Republicana de Catalunya, independentista convencido, es llevado por Évole a la casa de una familia de Sevilla, los Parejo.
Después de ver el programa, ha habido muchas opiniones: algunos dicen que Junqueras parecía cohibido cuando los miembros de la familia le atacaban sus puntos de vista, después de un buen arranque donde él exponía con convicción sus ideas sobre que la independencia de Catalunya beneficiaría a ésta y a España. Simplemente él les dejaba hablar, no les interrumpía en ningún momento. Luego, él contestaría con lo que creyera oportuno. Otros decían que no sabe hablar. Junqueras no tiene la labia del President Artur Mas, que le hizo ganar brillantemente aquel duelo dialéctico, también en “Salvados”, contra Felipe González, el cual parecía tenso todo el programa, al contrario que un Mas siempre seguro de sí mismo.
Pero tampoco le hace falta. Si Junqueras lleva meses a la cabeza de las encuestas para unas próximas elecciones en Catalunya, es por que ha sabido hablar lo justo, no sobreexponerse como ha hecho Mas, que en vez de beneficiarle, le ha perjudicado.
Pero el programa nos ha mostrado que se puede debatir ideas diferentes sin pegarse los unos a los otros. Y si los Parejo hubieran querido atacar a Junqueras, no creo que fueran tan tontos como para actuar así. Hasta el mismísimo Federico Jiménez Losantos, cuando quiere demostrar que no es ningún monstruo, saca su lado campechano y simpático para ganarse incluso a sus adversarios, lo hemos visto en televisión más de una vez. Decía algo así como “Para que veáis que no soy el ogro que creéis que soy”.
En medio de un país crispado por ciertos medios de comunicación y por ciertos periodistas que no saben hablar sin atacar o sin pontificar, gente como Oriol Junqueras es necesaria, pues nunca saldrán a la yugular de quien les ataca, a no ser, claro, que tenga que sobrevivir. O que sabe él que atacar al otro de la misma manera que le ataca a él le pondría a la misma altura. Alguien en Twitter escribió “Junqueras sorprendió a los españoles por que no están acostumbrados a ver ese tipo de políticos”.
Por otro lado, mis paisanos catalanes, al ver el programa, dijeron que por qué Junqueras tiene que justificarse en cada cosa que dice. Yo también pensaba lo mismo. Es como si un francés tiene que justificarse ante un americano de la América profunda y puritana por qué no pide la inmediata dimisión de François Hollande por “inmoral”, ante lo que ya sabemos de su vida amorosa. Los franceses no son tan tajantes sobre la vida privada de la gente como los anglosajones, obsesionados con aquello de que “La mujer del César no sólo tiene que parecer decente, sino serlo también”. Si no, nadie podría gobernar por que hasta la persona más honrada tiene sus defectos.
Junqueras tiene su visión de lo que conviene a Catalunya y muchos catalanes la compartimos, aunque no le votemos. La gente que ha ido tres años seguidos a la Diada de l’Onze de Setembre no ha sido manipulada, va por que sí, por que lo siente así. Y no son ni racistas, ni violentos, ni nada. Ya me dirán qué puede hacer un jubilado contra España, como no le dé un golpecito en la cabeza con el bastón…
Y es muy difícil explicarle todo esto a gente que piensa distinto a ti. Quiero decir con un lenguaje que entienda. Catalunya tiene unos gustos culturales muy diferentes, incluido el sentido del humor. Por ello vi más posible en TV3 aquellos programas especiales de Andreu Buenafuente con Eduard Punset sobre la vida y la Ciencia, ya que aquellas conversaciones con citas de Darwin y demás detalles que Punset mete en sus programas y en sus libros, en otro lugar, hubieran parecido pedantes.
Me acuerdo de una excelente película francesa, “Las chicas de la sexta planta”, donde se contaba la emigración de mujeres españolas a Francia como chicas de servicio en casas de franceses, contado desde el punto de vista francés. A algunos no les gustaba la visión de las españolas como incultas y exóticas, que no habría mucha diferencia entre ellas y las mujeres indígenas de las islas francesas de los Mares del Sur, las mulatas de la Martinica o las musulmanas de Argelia, en contraposición a las mujeres francesas. Pero las mujeres que llegaban allí, recordemos que venían desde la España de Franco y la trama es en 1962, no estaban tan preparadas ni eran tan cultas como las de ahora. Y si miramos cualquier serie televisiva catalana y sale algún personaje de origen castellano o andaluz, si le sacan como temperamental o no muy culto, frente a personajes catalanes cultos o tranquilos, es quizá por la idea que se tiene de él o por lo que podemos llamar choque cultural, igual que lo que dije antes entre un francés y un americano. Tampoco es igual un japonés y un occidental.
Todo esto encaja con la imagen de Junqueras en “Salvados” y sus anfitriones andaluces. Cada uno con su manera de ver la vida. Me acuerdo de un cocinero de origen afgano, que al ver que el dueño del restaurante había posado como modelo para una estatua de un santo en una iglesia de Madrid, se sentía ofendido por que para él, si cedes tu imagen para un santo, y por lo tanto para alguien muy venerable y bondadoso, tienes que ser como él. En otros países, el honor es sagrado. Por ello los samuráis japoneses se suicidaban (el “harakiri”) si perdían su honor; preferían morir antes que vivir deshonrados.
Y Catalunya, ante lo que pide, hace decenios que renunció a la violencia. Si los medios de comunicación de Madrid hablan sólo de lo malo de Catalunya, podrían los medios catalanes hablar sólo de lo malo de Madrid, igual que los medios franceses contestaban a los americanos que les difamaban y atacaban por la Guerra de Iraq, aunque los franceses son muy sutiles al hacerlo.
Lo que he contado aquí, los catalanes estamos hartos de explicarlo una y otra vez. Casi tenemos más comprensión en el extranjero que en el Estado español. Por eso queremos decidir por nosotros mismos, pero Québec y Escocia tuvieron suerte de decirlo. Y como ellos, aceptaremos el resultado. Si sale No, otra vez lo intentaremos, pero siempre pacíficamente.


COM EN JUNQUERAS, ES POT PARLAR AMB LA GENT, TOT I QUE EL SEU MÓN SIGUI DIFERENT


Jordi Évole ha començat la seva nova temporada de "Salvados" amb un programa plantejat d'una manera una mica original, almenys al que estem acostumats a veure per aquí: un polític com Oriol Junqueras, d'Esquerra Republicana de Catalunya, independentista convençut, és portat per Évole cap a la casa d'una família de Sevilla, els Parejo.
Després de veure el programa, hi ha hagut moltes opinions: alguns diuen que Junqueras semblava cohibit quan els membres de la família li atacaven els seus punts de vista, després d'una bona arrencada on ell hi exposava amb convicció les seves idees sobre que la independència de Catalunya beneficiaria a aquesta i alhora l’Espanya. Simplement ell els deixava parlar, no els interrompia en cap moment. Després, ell contestaria amb allò que cregués oportú. D’altres deien que no en sap parlar. En Junqueras no té la mateixa retòrica del President Artur Mas, que li va fer guanyar brillantment aquell duel dialèctic, també a "Salvados", contra Felipe González, el qual semblava nerviós durant tot el programa, ben al contrari que un Mas sempre segur de si mateix.
Però tampoc li cal. Si en Junqueras porta mesos al capdavant de les enquestes per a unes properes eleccions a Catalunya, és perquè ha sabut parlar d’allò més just, no sobreexposar-se com ha fet en Mas, que en comptes de beneficiar-lo, l'ha perjudicat.
Però el programa ens ha mostrat que es pot debatre idees diferents sense barallar-se els uns als altres. I si els Parejo hi haguessin volgut atacar Junqueras, no crec que fossin tan ximples com per actuar així. Fins el mateix Federico Jiménez Losantos, quan vol demostrar que no és cap monstre, treu el seu costat trempat i simpàtic per guanyar-se fins i tot els seus adversaris, ho hem vist a la televisió més d'un cop. Deia alguna cosa així com "Perquè vegeu que no sóc l'ogre que creieu que jo sóc".
Enmig d'un país crispat per certs mitjans de comunicació i per certs periodistes que no saben parlar sense atacar o sense pontificar, gent com l’Oriol Junqueras ens cal de valent, perquè mai no se’n tirarà a la jugular de qui l’ataca, llevat, per descomptat, que hi hagi de sobreviure. O que sap ell que atacar l'altre de la mateixa manera que l'ataca a ell, li deixaria a la mateixa altura. Algú a Twitter va escriure "En Junqueras va sorprendre als espanyols perquè no estan acostumats a veure aquesta mena de polítics".
D'altra banda, els catalans, en veure el programa, van dir que perquè Junqueras ha de justificar-se en cada cosa que diu. Jo també pensava el mateix. És com si un francès ha de justificar-se davant un americà de l'Amèrica profunda i puritana perquè no demana la immediata dimissió de François Hollande per "immoral", davant d’allò que ja sabem de la seva vida amorosa. Els francesos no són tan contundents sobre la vida privada de la gent com els anglosaxons, obsessionats amb allò que "La dona del Cèsar, no només ha de semblar decent, sinó ser-ho també". Si no, ningú no podria governar perquè fins la persona més honrada té els seus defectes.
Junqueras té la seva visió d’allò que convé a Catalunya i molts catalans la compartim, encara que no li votem. La gent que ha anat tres anys seguits a la Diada de l'Onze de Setembre no ha estat manipulada, hi va perquè sí, perquè ho sent així. I no són ni racistes, ni violents, ni res. Ja em diran què pot fer un jubilat contra Espanya, com no li faci un copet al cap amb el bastó...
I és molt difícil explicar-li tot això a gent que pensa diferent a tu. Vull dir amb un llenguatge que comprengui. Catalunya té uns gustos culturals ben diferents, fins i tot el sentit de l'humor. Per això vaig veure més possible a TV3 aquells programes especials d'Andreu Buenafuente amb l’Eduard Punset sobre la vida i la Ciència, ja que aquelles converses amb cites de Darwin i d’altres detalls que Punset fica dins els seus programes i als seus llibres, en un altre lloc, hi haurien semblant pedants.
Recordo una excel·lent pel·lícula francesa, "Les noies de la sisena planta", on s'explicava l'emigració de dones espanyoles cap a França com a noies de servei a cases de francesos, comptat des del punt de vista francès. A alguns no els agradava gaire la visió de les espanyoles com a incultes i exòtiques, que no hi hauria gaire diferència entre elles i les dones indígenes de les illes franceses dels Mars del Sud, les mulates de la Martinica o les musulmanes d'Algèria, en contraposició a les dones franceses. Però les dones que hi arribaven, recordem que venien des de l'Espanya de Franco i la trama és l’any 1962, no estaven tan preparades ni eren tan cultes com les d'ara. I si mirem qualsevol sèrie televisiva catalana i surt d’algun personatge d'origen castellà o andalús, si li treuen com a temperamental o no gaire culte, enfront de personatges catalans cultes o tranquils, és potser per la idea que es té d'ell o per això que podem dir el xoc cultural, igualment que allò que vaig dir abans entre un francès i un americà. Tampoc és igual un japonès i un occidental.
Tot això encaixa amb la imatge d’en Junqueras a "Salvados" i els seus amfitrions andalusos. Cadascú amb el seu estil de veure la vida. Me’n recordo d'un cuiner d'origen afganès, que en veure que el propietari del restaurant hi havia posat com a model per a una estàtua d'un sant a una església de Madrid, se sentia ofès perquè per a ell, si cedeixes la teva imatge per a un sant, i per tant per algú molt venerable i bondadós, has de ser com ell. En d’altres països, l'honor és sagrat. Per això els samurais japonesos es suïcidaven (l’"harakiri") si perdien el seu honor; preferien morir-se abans de viure deshonrats.
I Catalunya, davant d’això que demana, fa decennis que va renunciar a la violència. Si els mitjans de comunicació de Madrid parlen només d’allò més dolent de Catalunya, podrien els mitjans catalans parlar només d’allò més dolent de Madrid, igualment que els mitjans francesos contestaven als americans que els difamaven i atacaven per la Guerra de l'Iraq, tot i que els francesos són molt subtils en fer-ho, això.

Això que he explicat aquí, els catalans estem tips d'explicar-ho una vegada i una altra. Gairebé tenim més comprensió a l'estranger que no pas a l'Estat espanyol. Per això volem decidir per nosaltres mateixos, però el Québec i l’Escòcia van tenir sort de dir-ho. I com ells, n’acceptarem el resultat. Si surt No, una altra vegada ho intentarem, però sempre pacíficament.

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