sábado, 8 de noviembre de 2014

COMO DICEN EN LAS PELÍCULAS, EL CRIMEN SE PAGA, SEÑORES FRANQUISTAS



Si en este país no se puede condenar el franquismo, en otros que han sufrido algo parecido sí se puede
No sabemos si recibirán la justicia que su admirado Caudillo no recibió en vida, o les pasará como al dictador chileno Augusto Pinochet, que sólo pudo recibir como condena a sus crímenes los meses que pasó retenido en Londres sin poder volver a su país, mientras la Justicia británica decidía si hacía caso al juez Baltasar Garzón y le extraditaban antes a España.
Pero la jueza argentina Servini, pese a las presiones que ha recibido del Gobierno español y los ataques que ha recibido de la Prensa conservadora, ha decidido solicitar que Rodolfo Martín Villa, que con la llegada de la democracia fue Ministro con UCD, y José Utrera Molina, el suegro de Alberto Ruíz Gallardón y Ministro con Franco, sean detenidos para ser juzgados. Estos y 18 personas más, desde inspectores de Policía a políticos menos conocidos.
El suegro del ex Ministro fue el que firmó la sentencia de muerte del anarquista catalán Salvador Puig Antich, ejecutado por garrote vil en Marzo de 1974. Se le conoce por sus ideas ultrafranquistas, por su defensa fanática del anterior Régimen (forma parte de la Fundación Francisco Franco) y recientemente escribió un artículo de loa a Blas Piñar, el líder del Frente Nacional español, al que presentaba como a San Francisco de Asís.
Lo mejor sería que el máximo responsable del franquismo, el general Francisco Franco Bahamonde, fuera el juzgado y condenado, y llevado ante los Tribunales, pero como tuvo la suerte de morir en la cama, no se le puede juzgar. Y pudo permanecer en el poder coincidiendo que con la Guerra Fría entre las dos grandes potencias de su tiempo, EEUU y la URSS, a él los primeros le apoyaban quizá como mal menor, como aliado fiel, al menos cuando el Partido Republicano estaba en el poder (Einsenhower, Nixon y Ford, Presidentes republicanos, visitaron España en visita oficial, lo que nunca hicieron los Presidentes del Partido Demócrata). Le veían como un baluarte contra el comunismo, lo que ayudó a sobrevivir a la dictadura después de la caída del fascismo en Europa.
Eso sí, Franco no soportaba que hubiera en la Casa Blanca un Presidente demócrata, aunque fuera católico como Kennedy, ya que los republicanos le apoyaban, pero se acordaba de Eleanor Roosevelt, la mujer del Presidente de 1933 a 1945, que sostuvo una dura campaña de condena de la dictadura franquista. Llegó incluso a exigir a los americanos que hicieran algo para evitar que no hubiera un Presidente que no fuera del gusto de él, como cuando ganó Kennedy, aunque le dijeron que Jacqueline Kennedy no era tan combativa como Eleanor Roosevelt.
En el PP nunca han condenado firmemente el franquismo, no sólo por que aún queden militantes y simpatizantes suyos que vean al dictador como a un santo y un incomprendido, sino por que crecieron en una época que aun arrastraba las secuelas de la Guerra Civil y que la izquierda política sólo les sugería totalitarismo, asesinatos de curas y Sodoma y Gomorra. Y eso cuesta cambiarlo, aunque con la llegada de la Democracia, se veía miles de personas que cambiaron de chaqueta y pasaron de franquistas de toda la vida a demócratas d. t. l. v.
La Transición española fue ejemplar, quizás por que hacía falta rehacer el país después de tantas décadas de totalitarismo, sin rencores y mirando hacia adelante. No hubiera servido de nada levantar juicios sumarísimos contra los franquistas, al haber, como dije antes, fallecido su principal líder y sus subalternos de 1939. Sirvió muy bien para cicatrizar heridas, y ahora que ya están cerradas se puede empezar a poner las cosas en su sitio, pues los franquistas siguen viendo a su Caudillo como un icono.
También sirvió a países que salían de largas dictaduras, como los de los países del Este o Sudáfrica, al no poderse juzgar a los responsables de la fundación de aquellos Regímenes, ya muertos de viejos.
Pero los crímenes que hubo durante el franquismo fueron tan brutales, tan horribles, tan detestables, que quien quiera justificarlos miente. Y hace reír cualquier pretexto, como cuando oyes a algún franquista decir que España era marginada del concierto internacional “…Por la envidia de otras naciones”.
Y tampoco ha servido de nada que el nuevo Diccionario Enciclopédico haya sido manipulado por historiadores que están obsesionados con que Franco sea visto por las nuevas generaciones como un héroe, y de que totalitario nada, que eso son calumnias y que él fue como Jesucristo, los Doce Apóstoles y todos los santos del Santoral juntos. Quieren hacer lo mismo que con Napoleón en Francia, pero el Emperador tuvo más mano derecha (nunca mejor dicho) que el Caudillo, y no nos olvidemos de que él sí fue juzgado en vida, al menos pagó sus excesos como gobernante con su exilio en Santa Elena.
Una frase que oímos mucho en las películas, al menos en el cine negro americano clásico, es que el crimen se paga. Y en aquellas eso era seguro, pues así lo exigía el Código Hays de censura, que exigía que el pecado, fuera cual fuera, debía de ser castigado. Pues los crímenes (en plural) del franquismo serán castigados, o esperamos que lo sean en los libros de Historia.
Y que tanto Martín Villa como Utrera y los demás imputados, no se crean que con el tiempo se les verá como los buenos, como si fueran Roman Polanski, al cual incluso la mujer que sufrió lo que sufrió por culpa suya pide el indulto.


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